Autora: Liliana Fuchs
11 Noviembre 2015
¿Cuántos de vosotros fantaseáis con una cocina de revista al pensar en si os tocara la lotería este año? Seguro que no soy la única que tiene visualizada su cocina perfecta, sin importar demasiado el resto de la casa. Dejando de lado lujos y estilismos, uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos la mayoría de nosotros es lidiar con espacios pequeños y armarios llenos de trastos, pero mientras esperamos que caiga el Gordo podemos aplicar algunos trucos como estos siete secretos para ordenar una cocina de ensueño.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que hay que ser valiente y prescindir definitivamente de todo aquello que jamás de los jamases vamos a utilizar. Todos tenemos utensilios, platos, copas o tazas extrañas que están cogiendo polvo o que nadie ha usado nunca, ocupando un valioso espacio que podríamos aprovechar. Además no hay que olvidar que el orden requiere cierto mantenimiento, pues es fácil descuidar la organización con los trajines del día a día a lo largo del año. A continuación encontraréis secretos e ideas muy sencillas que os ayudarán a acercar vuestra cocina a la de vuestros sueños.
Botes, tarros y frascos: orden y limpieza
Cada despensa es un mundo, pero todo tenemos ciertos productos básicos que nunca faltan en nuestra cocina. Harinas, azúcares, café, té, arroz, pasta o cereales, son productos básicos que usamos con frecuencia en nuestro día a día y ocupan un buen espacio en armarios, estanterías y cajones. No caigas en el error de mantener los paquetes tal y como vienen de la tienda, cerrándolos con pinzas o amontonándolos en el armario.
Invertir en una buena colección de tarros y frascos de vidrio o buen plástico transparente es una buena idea para organizar todos estos productos básicos. Puedes elegirlos iguales o variar los modelos siguiendo cierta coherencia, y también en función del tamaño que necesites para lo que vayan a contener. También es recomendable marcar cada bote con una etiqueta bonita que aportará un toque decorativo, y será muy útil para no confundir ingredientes.
En general siempre es mejor que los productos se guarden en un lugar oscuro, pero si utilizamos con frecuencia las harinas o el arroz podemos colocar unos cuantos tarros en fila sobre alguna superficie de la cocina, al descubierto. Así no sólo los tenemos a mano sino que enriquecen la cocina con un toque hogareño, y despejan los armarios para objetos menos atractivos. Eso sí, hay que evitar la luz directa y mantenerlos libres de polvo.
Piensa en dobles usos
A veces los cocinillas parece que sufrimos síndrome de Diógenes, reuniendo y acumulando todo tipo de objetos para nuestras cocinas. Ya no sólo hablamos de aparatos y utensilios, sino de piezas sueltas de vajillas, cake stands, jarras bonitas, tazas, o incluso objetos que no son nada culinarios pero que se nos ha ocurrido que podrían ser unos props estupendos para las fotos. Los estilistas y fotógrafos más profesionales – y los suertudos – tienen espacios concretos para almacenar todas estas cosas pero, ¿qué hacemos los demás?
La solución es sencilla: pensar en dobles usos. Se acabó acumular objetos de exposición; una pieza en una cocina pequeña tiene que jugar su papel y ser útil, sobre todo cuando esa bonita bandeja o el porta tartas lo usamos una vez cada tres meses. Aquí se puede ser todo lo creativo que se quiera, guardando el juego de tazas de café bajo la cúpula del cake stand, colocando las espátulas y cucharones dentro de esa bonita jarra de leche, etc.
¿Más ideas? La vaporera de bambú es muy bonita, pero pocos la usamos con frecuencia. Es un trasto que se puede aprovechar guardando en su interior, por ejemplo, cebollas y cabezas de ajo. Las bandejas son otra muestra de objetos que ocupan mucho sitio para la utilidad que tienen, así que podemos aprovecharlas para separar niveles dentro de los armarios, colocando vasos en varias alturas, o para disponer de un lugar fijo para esos útiles de uso diario, como el aceite.
Organizador de tapaderas
Este utensilio no podría ser más simple y obvio, pero poca gente lo utiliza. La manera más fácil de guardar tarteras, fuentes, ollas, cacerolas y cajas es apilarlas – con cierto orden -, pero si prescindimos de las tapas ganamos en espacio al introducir unos objetos dentro de otros. Entonces es cuando nos estorban las tapaderas, y un organizador de las mismas puede acudir al rescate.
Son estructuras a base de rejillas gruesas que podemos colocar en cualquier armario o estantería para guardar tapas de todo tipo de una manera ordenada, limpia y práctica. Así no sólo tendremos una mejor organización aprovechando el máximo espacio, también nos aseguraremos de controlar las tapaderas, evitando las típicas pérdidas que a todos nos han vuelto locos alguna vez. También sirve para guardar tablas de cortar, ralladores planos o bandejas.
Apuesta por la verticalidad
A la hora de aprovechar todos los espacios posibles no podemos limitarnos a superficies planas o al interior de los armarios y estanterías. Las paredes, puertas y laterales de los distintos muebles de la cocina también se pueden emplear con recursos de todo tipo, dependiendo del presupuesto y de la altura de la que dispongamos en casa. Es una idea muy práctica para darle utilidad a la típica pared que se nos ha quedado desnuda pero en la que no podemos añadir ningún mueble por no tener suficiente espacio.
Los típicos paneles o tableros que se usan en los talleres para colgar herramientas nos pueden servir para colocar todo tipo de utensilios culinarios, moldes o piezas de vajilla. Otra opción es superponer dos o más rieles metálicos donde colgar ganchos, cestas, escurridores, macetas o cubos, una solución ideal para indecisos ya que los distintos elementos se pueden mover y cambiar según nuestras necesidades.
Si la nevera deja un lateral descubierto es una tontería no aproecharlo. Hay pequeñas estanterías estrechas que podemos situar allí, pero si el espacio es mínimo siempre tenemos la alternativa de acoplar ganchos, pequeños paneles, colgadores, corchos o incluso un reloj de cocina. Y si buscamos crear una mayor sensación de amplitud, un espejo nos ayudará a dinamizar el espacio de la cocina.
Ganchos y colgadores dentro de armarios y detrás de puertas
En algunas cocinas ya se están instalando puertas correderas que ayudar a no sobrecargar las estancias pequeñas cuando se abren los armarios. Pero si tenemos puertas tradicionales, ¿por qué no aprovechar su superficie interior? No podemos colgar cosas muy voluminosas ya que nos robarían hueco del propio armario, pero sí que suele ser suficiente para instalar unos colgadores para los útiles de limpieza, enganches para paños y trapos, rieles para libros, contenedores pequeños para guardar las típicas cosas que nunca sabemos dónde colocar, etc.
Otro recurso muy práctico es instalar paneles metálicos imantados, no sólo para tener controlados esos papeles que corren peligro de perderse, sino para guardar nuestros cuchillos de uso frecuente. Se pueden colocar también en el exterior, a la vista, aunque ocultos tras los armarios evitaremos posibles accidentes sobre todo si tenemos niños en casa que puedan llegar a cogerlos.
Aprovechando los cajones para todo
En las cocinas lo más habitual es que los cajones guarden los cubiertos y todo tipo de trastos, medicinas, objetos perdidos que nos resistimos a tirar o incluso llaves y cartas o folletos. Pero un cajón puede ser muy útil si se sabe aprovechar bien, y conviene instalarlos en cualquier hueco que nos quede en la cocina para sacarle el máximo partido. Por ejemplo, un cajón debajo del horno, aunque sea estrecho, es perfecto para guardar las bandejas de hornear o tapaderas grandes.
Las cocinas especialmente pequeñas agradecerán la idea de colocar una tabla de cortar dentro de un cajón, o directamente sobre rieles sin cerrar para que sólo tengamos que extraerla cuando la necesitemos, ahorrando superficie de trabajo. Un hueco pequeño se puede usar para poner el rollo de papel de cocina o de aluminio, o podemos emplearlo para tener los botes de especias a mano.
Cestas de todo tipo, bonitas y prácticas
Reconozco que las cestas se han convertido en mi objeto preferido para guardar y organizar cualquier cosa en todas las estancias de la casa, pero es que realmente son muy prácticas y añaden un toque decorativo al hogar. Las hay de mil modelos, tamaños y materiales diferentes, así que sólo tenemos que elegir nuestras favoritas según el estilo que busquemos.
Para la cocina la mejor opción son las cestas metálicas, de aire vintage, rural o rústico, o también las de mimbre, cuerda o caña. Pueden ir forradas con telas o papel, aunque lo mejor es utilizar modelos del mismo tipo para guardar productos similares y así crear una mayor sensación de orden y elegancia. Las cestas se pueden colocar sobre la encima de la cocina, en estanterías, dentro de armarios o en camareras, y tienen la ventaja añadida de que se pueden mover con facilidad.
Estos siete secretos para ordenar tu cocina son sólo algunos de los trucos que podemos aplicar a nuestro espacio, por muy pequeño que sea, para sacarle el máximo partido. Recordad que nunca hay que ser perezoso a la hora de mantener el orden y siempre hay que mantener viva la creatividad para encontrar nuestras propias soluciones. Y si ya tienes la cocina de tus sueños, ¡a disfrutarla!